Otro año que cae al infinito raro y apaleado,
Pasó moviéndose por rincones oscuros,
A veces a plena luz desnuda y solitaria,
Con los bolsillos inflados de papel,
Así murió la laucha temporal y bendita.
Otro trabajo alzando adioses y enredos,
Varios niños despidiendo escuelas latosas,
Irresponsables van agarrando regalos fastuosos,
Van peleándose por un pan de pascua mosqueado.
Así murió la laucha consumista y tecnológica.
Otro pasito relajado y con las manos vacías,
Dando alabanza, fumando recuerdos esperanzados,
Despertar entre lágrimas y a favor del viento,
Contando historias sin permisos del corazón.
Así murió la laucha envenenada de príncipes azules.
Para los que viven de nostalgias y huellas,
Algo se pierde y van ahorrando vida para sus muertes,
Quieren ponerse al día y con tanto que hacer,
Roedores hacen empeños adictos a las caderas,
Así murió la laucha , una ducha , y que pase el siguiente…
Ambrosio Poblete H.
21-12-09